San Mamés vivió en la noche de ayer uno de esos momentos que quedan guardados en la memoria de todo aficionado al fútbol. El Athletic selló el pase a la final de la Copa del Rey por una contundente victoria por 6-2 frente al Mirandés, la gran sorpresa y "Matagigantes" del torneo copero. Sin embargo, los leones fueron demasiado grandes para el conjunto de 2ºB, que, sin tirar la toalla en ningún momento, cayó arropado por 40.000 espectadores que, dejando de lado los propios colores, les ovacionaron por la gran gesta que han llevado a cabo estos meses. Ayer, el Athletic alcanzó la semifinal pero el vencedor fue el fútbol.
El partido empezó mucho antes de que el arbitro hiciera sonar el pitido inicial. Ya desde la tarde, las calles de Bilbao respiraban fútbol por todos sus poros. Desde el hotel hasta el campo, la afición acompañó al autobús de los rojiblancos dándoles todo su apoyo, como siempre está dispuesto a hacer cualquier hincha del Athletic. El ambiente era increíble y toda la capital bizkaina se tiñó de rojo y blanco para festejar una noche que se presumía gloriosa.
El partido certificó el espectáculo. Un choque en el que el Athletic puso la clase y el Mirandés el corazón. Estos dos conjuntos convirtieron el encuentro en algo apasionante para un campo abarrotado y una afición que llega mucho más allá de sus míticas paredes. Con el final, llegaron aplausos y ovaciones para ambos conjuntos, unos por la clasificación y los otros por el sueño, ese sueño que siempre será recordado en la tierra de Miranda. Los que lucharán por alcanzar el suyo son los leones, que ya esperan rival y sede para la gran final. Una final que se vivirá con mucha ilusión fundamentada en nuestro juego, la fiabilidad de nuestro juego. No hay mayor aval.
¡Aupa Athletic!
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