El Ojo de Horus o Udyat es un símbolo de características mágicas, purificadoras, sanadoras y protectoras. Encarna el orden, el estado perfecto, lo imperturbado.
Según la mitología egipcia Horus, hijo de Osiris e Isis, era el dios del cielo, la luz y la bondad. Su ojo derecho representaba al sol y el izquierdo a la luna. Cuando los abría nacía la luz y cuando los cerraba llegaba la oscuridad. Estos dos ojos gemelos, los Udjat, eran capaces de observar todo el mal que existía en el mundo.
La historia cuenta que Horus era el hijo del dios Osiris, que fue asesinado por su propio hermano Seth. Cuando Horus adquirió la mayoría de edad se dispuso a vengar la muerte de su padre y se enfrentó a Seth. En una de estas encarnizadas batallas, Seth destruyó el ojo izquierdo de Horus mientras que éste hizo lo propio con los genitales de Seth. Sin embargo, gracias a la intervención de Thot, el dios de la sabiduría y de la magia, le fue devuelto el ojo a Horus en forma del Udyat. Con él, Horus consiguió devolver a la vida a Osiris.
El Ojo de Horus fue utilizado como amuleto por primera vez para devolver la vida a Osiris. Sus cualidades como tal son muy importantes ya que está considerado como uno de los amuletos más poderosos: potencia la vista y la visión, contrarresta los efectos del mal de ojo, protege al difunto y sirve de remedio y protección contra enfermedades oculares. Como talismán simboliza la salud, la prosperidad, la indestructibilidad del cuerpo y la capacidad para renacer.
Se trata de uno de los amuletos sagrados más importantes del antiguo Egipto. Se le otorgan propiedades protectoras contra el robo, la ignorancia, la pobreza y los problemas de salud. Ayuda a conseguir bienestar general y, por supuesto, es uno de los amuletos más potentes contra el mal de ojo que hace bajar la vista al malvado anulando sus influencias negativas.
Según la mitología egipcia Horus, hijo de Osiris e Isis, era el dios del cielo, la luz y la bondad. Su ojo derecho representaba al sol y el izquierdo a la luna. Cuando los abría nacía la luz y cuando los cerraba llegaba la oscuridad. Estos dos ojos gemelos, los Udjat, eran capaces de observar todo el mal que existía en el mundo.
La historia cuenta que Horus era el hijo del dios Osiris, que fue asesinado por su propio hermano Seth. Cuando Horus adquirió la mayoría de edad se dispuso a vengar la muerte de su padre y se enfrentó a Seth. En una de estas encarnizadas batallas, Seth destruyó el ojo izquierdo de Horus mientras que éste hizo lo propio con los genitales de Seth. Sin embargo, gracias a la intervención de Thot, el dios de la sabiduría y de la magia, le fue devuelto el ojo a Horus en forma del Udyat. Con él, Horus consiguió devolver a la vida a Osiris.
El Ojo de Horus fue utilizado como amuleto por primera vez para devolver la vida a Osiris. Sus cualidades como tal son muy importantes ya que está considerado como uno de los amuletos más poderosos: potencia la vista y la visión, contrarresta los efectos del mal de ojo, protege al difunto y sirve de remedio y protección contra enfermedades oculares. Como talismán simboliza la salud, la prosperidad, la indestructibilidad del cuerpo y la capacidad para renacer.
Se trata de uno de los amuletos sagrados más importantes del antiguo Egipto. Se le otorgan propiedades protectoras contra el robo, la ignorancia, la pobreza y los problemas de salud. Ayuda a conseguir bienestar general y, por supuesto, es uno de los amuletos más potentes contra el mal de ojo que hace bajar la vista al malvado anulando sus influencias negativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario