"Si todo el mundo es periodista, ¿qué es el periodismo?"
Ignacio Ramonet

miércoles, 14 de abril de 2010

Crónica de una búsqueda: Día 1

Era temprano. Aunque el aire era frío, podían empezar a contemplarse los primeros rayos de sol desde mi hogar. El sueño todavía pesaba pero lo único que rondaba mi cabeza era la idea de que el camino sería largo y el destino algo incierto. ¿Qué me depararía el viaje? ¿Cómo acabaría? ¿Sería duro? Todas esas dudas me asaltaban durante el trayecto al punto de reunión. Tras cruzar los verdes campos y las tierras donde nace el más dulce vino llegue, al fin, a la aldea que tantas veces antes había visitado. Un lugar en el que pasé mi niñez, jugando y aprendiendo de esa gente con la que compartí el camino. Pero el camino sigue y las tornas cambian. Ahora acudía en búsqueda de respuestas, de conocimientos, de darle una razón de ser a mis sueños.

Entrada la mañana llegamos al poblado. Nada había cambiado desde mi última visita. Me reuní, de nuevo, con los que, tiempo atrás, comenzaron esta búsqueda a mi lado. A lo largo de 6 días caminaríamos juntos por la misma causa. Nuestro objetivo era común, sin embargo, cada uno poseíamos distintas inquietudes, destintas formas de pensar, distintos temperamentos.

Más tarde, cuando el sol se situaba en lo más alto del firmamento, llegó el momento de reunirnos junto a quien nos había citado, aquel que nos guiaría en nuestra búsqueda de esperanzas y sueños. Al menos ese era mi principal objetivo. Su discurso de bienvenida dejo claro que teniamos una larga misión por delante y que no sería tarea fácil. Qué sucedería a partir de ahí sólo el destino lo sabría.

Caída la noche nos reunimos a la mesa y, junto al ansiado pan, bebimos y brindamos recordando anteriores aventuras, también por la que nos esperaba y por lo que ésta nos depararía pues, ante todo, nuestro espíritu ansiaba la aventura. Disfrutamos del calor de la hoguera y escuchamos con interés las noticias que cada uno de nosotros traía de sus lejanas tierras. Al término del banquete nos retiramos sin dilación a descansar, pues necesitaríamos del calor de las mantas y la comodidad del lecho para aguantar las brutales y arriesgadas pruebas que nos esperaban en el camino...

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