LA ANIMACIÓN ELEVA A TINTÍN
Título: Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio. Dirección: Steven Spilberg. Producción: Peter Jackson, Kathleen Kennedy y Steven Spilberg. Guión: Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish. Reparto: Jamie Bell (Tintín), Andy Serkis (Haddock), Daniel Craig (Sakhrine), Simon Pegg (Hernández), Nick Frost (Fernández). Música: John Williams. Montaje: Michael Kahn. Duración: 109 minutos. Género: Animación, Aventuras. País: USA
El cine clásico de aventuras está de enhorabuena. Tintín, la obra más célebre de Hergé, ha pisado con fuerza en su llegada a la gran pantalla. Gracias a la tecnología de captura de movimiento introducida por Robert Zemeckis, gozamos de un Tintín con gran realismo que nos deleita, a lo largo del film, con escenas espectaculares como la persecución por las calles de Bagghar o la intromisión y huida del barco de Haddock, sin olvidarnos de momentos de auténtica tensión. Unas innovaciones que demuestran una nueva forma de hacer cine en la animación.
Dejamos atrás un género que durante los últimos años ha estado plagado de superpoderes y habilidades fantásticas. Steven Spilberg trae a la gran pantalla a un personaje muy asemejado a su propio héroe, Indiana Jones, sin extravagancias, solo aventura. Si la última entrega del explorador decepcionó, el afamado director ha dado en el clavo con la adaptación del famoso periodista del tupé pelirrojo. Se trata de una obra donde el ingenio, la perseverancia y la valentía, entre otros valores o virtudes que se hacen patentes a lo largo de la película, son más fuertes que cualquier otro poder.
Tras un más que acertado comienzo de créditos con secuencias del clásico cómic, la acción nos sitúa en un mercadillo en el que el intrépido periodista se hace con una maqueta de barco. Este simple hecho, de ahí su grandeza, introduce a Tintín en una apasionante aventura, de casi dos horas, llena de giros inesperados que le llevan a viajar por el mundo en busca de resolver un gran misterio que solo una mente insaciable es capaz de desentrañar.
A lo largo de su aventura, el valeroso reportero se ve acompañado de un elenco de personajes de lo más variopinto y entrañable. Desde Hernández y Fernández, el dúo de patosos policías de la Interpol, pasando por el enigmático Sakhrine y sin dejar de lado al estelar Capitán Haddock. Este personaje, cascarrabias y alcohólico, posee en muchos momentos de la película, más protagonismo que el propio Tintín. Sus aportaciones cómicas, emotivas y sus particulares lecciones plagadas de valores y de esperanza, dan a la película ese lado entrañable y humano que la eleva igual que al personaje.
Con un final claramente abierto, no dudo que Spilberg volverá a la carga en el futuro con otra entrega. La tecnología de Zemeckis le ha marcado el camino para llevar a Tintín a otras superproducciones tan apasionantes como ésta.
Tendré que verla un día pero en serio!
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